....nuestras manos reciben
"irremisiblemente" descargas eléctricas...
...Siguiente en descenso, la
señorita Dolores, que como indica su nombre, "dolor" tuvo más
adelante, como cual jabata, dispuesta a emular a "el último
superviviente"...
"The last survivor. The woman".
Somos
meneados sin compasión de un lado para otro, peor que una peonza en plena
función o un giroscopio a su máxima expresión. Los baches son incontables, tan
a lo largo del trayecto como a su ancho. El chirriar del "4x4" igual
a dieciséis, martillea nuestros oídos y atormenta nuestros cuerpos hasta el
punto de llegada. Ya lo que nos faltaba, invasión de vehículos por doquier.
Inff, inf... Optamos por la mejor de las fórmulas matemáticas abstractas; el
conductor aparque donde pueda, eso quiere decir unos quinientos metros antes
del punto de inicio de la "experience".
Pertrechados
con el equipo de ataque y disfrute, abrimos camino hacia las alturas del monte,
hacia la gran masa de agua abrazada para evitar su pérdida y mejor
aprovechamiento para ese animal que se dice ser "inteligente"; el
humano. Tal destino no es más que el embalse de Cúber. La pista que tomamos
desde Son Ordines hacia el refugio des Tossals Verds, está perfecta para el
pateo, algo inclinada, pero tal belleza en la que estamos envueltos vale la
pena. Llegados a la intersección del GR221, aprovechamos para un refrigerio,
ahora comienza lo más duro y lo más hermoso.
Recorremos unos cientos "largos" de
metros de pista pedregosa para arribar a la canalización d´Emaya. La obra
actual data del siglo XVIII y está hecha sobre la antigua acequia islámica que
conducía el agua de la font des Pi, una de las más caudalosas de Solleric,
hacia la antigua alquería islámica de Xular. Trabajo de ingeniería digna de
admirar, por lo menos, en la época en que se realizó. Tenemos como unos mil
metros de ascenso por unos de los cañones más bonitos de la isla, además de
admirar una de las joyas más importantes del patrimonio hidráulico de la Isla.
Para los que no tengamos vértigo
recomendamos recorrer el primer tramo de la acequia, que va colgado a una
altura considerable sobre el torrent d´Almadrà, desde donde se ve la canaleta
que abastecía de agua a las casas d´Almadrà, Son Ordines, para a posterior
continuar a través de los túneles. Recomendado con alguna linterna o bien
acostumbrarse a la oscuridad, que siempre viene bien para ejercitar otros
sentidos del cuerpo menos trabajados.
Arribados a la altura del Coll des
Bosc y sa Coma des Ases, descendemos al lecho del torrente. Aquí nos
indumentamos y empezamos bien: -¿Cómo se pone esto?, -No me acuerdo cómo se usaba esta cosa... ¡¡¡Tiembla
Mallorca!!!
 |
Gabriel, Dolores, Alenka y Rafael. |
Iniciamos descenso sobre bloques
rocosos, con atentas miradas a fin de no patinar y probar bocado no deseado.
Primer salto, poza con agua más que suficiente, o sea, generosa por su copiosidad
y transparencia cristalina. Voy de primero: -Aaahhh...... recibo descarga
eléctrica en mis manos, el corazón casi se detiene en su bombeo cotidiano y
constante. -Inf, inf, inf, poza
engañosa, poza con agua helada, que no helado. Advertidos quedan ahí arriba,
esos malandrines.
Siguiente en descenso, la señorita
Dolores, que como indica su nombre, "dolor" tuvo más adelante, como
cual jabata, dispuesta a emular a "el último superviviente". Seguida de Alenka y Gabriel. Todos reciben de
buen grado -¡ejem!, ¡ejem!, las descargas eléctricas en sus manos.
Se van sucediendo los saltos, los
destrepes, el agua desaparece. Recorremos gran parte del torrente seco hasta la
font des Pi. A partir de aquí, ésta nos acompañará hasta la presa, el punto
final. Durante el periplo, saltaremos a las pozas, descenderemos por la cuerda,
sortearemos obstáculos, unos se separarán, otros se juntarán, pero uno de
nosotros se despistará y....desaparecerá. Comienza "the last survivor. the
woman".
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