VALLGORNERA, la bella.

  
Cada uno nada como sabe o no sabe.
Topografiamos zona laberíntica de líneas paralelas entrecruzadas con fisonomía casi idéntica, en la cual el menos avezado puede extraviarse y no aparecer en ningún lado, pues comienza a dar vueltas y vueltas en éste laberíntico acuático interminable e imperturbable. 
En una de esas galerías, tan estrecha que apenas podemos pasar, encontramos gratamente una sala de aspecto inofensivo (sala del barro des "cuartos") . Elevada un metro del agua congelada, o de nuestros ya fríos y entumecidos cuerpos, y sólo llevamos 9 h en ella, se recibe gratamente. Eso sí, hay que sacarse las aletas y descalzos subirse a un manto de "cuartos" terrosos asombrosamente bellos. Bellos y peligroso, pues esos mismos "cuartos" terrosos nos escupen hacia una galería 2 m por debajo nuestra, con grandes bloques puntiagudos.



          Como con pupas en los pies progresamos moderadamente por una galería o meandro bellamente decorado. Por un extremo contemplamos un suelo de colada verde-limón inmaculada con espeleotemas de todos los tamaños. La misma va menguando en tamaño y altura, guardando para sí, una belleza inusitada. No puedes evitar un escalofrío recorriendo tu cuerpo. Todos nos quedamos con un, -Ohhhh... Ni mirar, ni observar mucho podemos, no sea que con la simple mirada y respiración, pudiera ello acabar como un campo de batalla.
José Vicente Pardo, Rafael Minguillón y Diego Del Río.

 En la parte opuesta de la galería. Arrodillados avanzamos. Arrodillados acabamos otra vez en la gélida agua. Arrodillados pasamos temerosos por debajo de un bloque de 4 x 3 m. La galería continua insinuante (como estos dos que no para de insinuarme, van calientes, pero por dentro) una treintena de metros para bifurcarse. Seguimos de frente; al poco se acaba el agua y nos elevamos un par de metros para proseguir por terreno seco. Qué decir de lo que nos encontramos al paso. Lástima que no se pueda captar en aparato electrónico semejante belleza y estrafalaria zona, veamos; Por un lado, estamos en un meandro que mide 1 m de ancho alcanzando unos 20 m de largo, su suelo está cubierto de estalagmitas, gorgs y otras formaciones, perceptible los distintos niveles freáticos de tiempo ah. Pero lo llamativo, es que a la izquierda, encontramos dos niveles freáticos de medio metro. Por alguna razón al sufrir un hundimiento, estos se han separado, pero lo curioso de verdad, es lo que encontramos en medio de ambos: un manto de 15 cm de ancho de barro en "cuartos". Según las mediciones; 4 x 15 m, casi nada.

          Volviendo a la bifurcación, ya dentro de agua, al cabo de unos metros, la estrechez es tal, que sólo podemos continuar si nos atrevemos a soportar cómo nos intenta degollar la pared afilada. Sólo paso yo, para explorar. Nada, recorro una quincena de metros y se vuelve impracticable. Recordar que estamos topografiando galerías de apenas unos 0,25 a 0,50 m. las secundarias rondan entre los 0,50 a 0,80 m. Es la emoción laberíntica en estado puro.
          Una vez todo listo, volvemos a la sala del barro des "cuartos". Nos ponemos las aletas y emprendemos regreso a la sala del bote estanco. Pero eso sí, ya que estamos aquí y estamos arrugados como pasas, tiritando y con mucha hambre, aprovéchome de Vicente y Diego para seguir topografiando otra galería.
          Tiempo ya tardío, hora de vuelta. Poco a poco regresamos y llegamos en un plis-plas a la Sala Que No Te Nom, que topografié con Vicentetito hace un añito. Ahí una estampa de cómo semejantes sujetos, se sujetan a las hamacas "pa" dormir. 
Diego Del Río y José Vicente Pardo apalancados en las hamacas.

Seguimos por la pista mallorquina hasta llegar a la salida. Al finnn. Son las 22h, no está mal, si pensamos que empezamos el curro de topografíar a las 9:45´ de la mañana ,eh, eh, eh...

          Hora de cambiarse, sacar mesa, saca sillas y la cenita; pasta con carne picada y su sofrito, sopita de "no me acuerdo", pastelitos (este Diego, nos quiere hacer engordar), patatillas, bocatas, refrescos, uf..uf.. de aquí no nos mueven, uf.. uf... de aquí no podremos movernos. Otro día más de vuelta de madrugá. " La madrugá"

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