AVENC DE
S´AIGO -133m
¡¡¡¡YA ESTAMOS DE VUELTA!!! A punto de
finalizar la época veraniega, ya no podíamos más. Está muy bien bucear bajo las
aguas cristalinas de Mallorca, hacer torrentes a punta de playa y/o risco para
pegarse un buen chapuzón como escalafón final, alguna que otra salida nocturna
en actividad variada , etc.... así que, como inicio de temporada de actividades
nos hemos decantado por un potente avenc, con un volado de 90m. y profundidad
máxima de 133m, así nos quitamos el ¡mono de adrenalina ya!, acumulado en
nuestros cuerpos serranos, el avenc de s´Aigo, reúne todos los requisitos.
La acogida es fantástica, once intrépidos, entre ellos
una fémina que por primera vez, realizará un avenc de ésta magnitud. Nos reunimos
donde es costumbre sobre las 8:30h, hay caras no conocidas, por lo que se les
toma nota en “datos de seguridad”, el grupo está animado por el comienzo de
actividades más duras y adrenalina a topo. Sin demora rumbo a la finca de
Mortitx, ahí sacamos todo el material a emplear, -caray,¿tanto?, ¿no sobra
nada?. -No, no sobra nada. Para mayor fluidez montaremos dos cordadas, por lo
que apechugamos con 260m. de cuerdas, chapas, mosquetones, cintas, sacas,
etc...
La aproximación es corta, en el lugar
nos pertrechamos con el equipo de progresión, comemos algo, sólo faltaría, y
listos para asomarse a ese patio tan “agüitonante”.
Hoy haremos dos collas;
-La primera, formada por Josemi
(responsable de la instalación hasta el fondo y del personal. Ah, y de cuidarme
a Pilar, eh, eh eh...), Pilar (no sé cómo se atrevió a bajar...), Javier Atero,
Rafael-lo, Paco, Rafa González y los novatos en éstas lides, Toni y Fernando,
sudó lo suyo, je je.
-La segunda, por Marcos, que estrenará
su RAC, José Vicente y un servidor, Rafael
Minguillón. Nuestro propósito es llegar a una ventana, ahí abajo, a la quinta
leche de dificultad, con un péndulo y posterior tirolina con un “patio de narices”.
Se montan las dos tiradas, bajan en
pareja. Todos abajo, turno de Marcos, lo hace con su RAC, nuevo de trinca, como se suele decir.
Primer intento de ¿cómo va?, ¿cómo se pone la cuerda, que no me acuerdo?,
etc... entre risas y pruebas, ¡lo consigue!, Uf, ya me ponía nervioso y todo,
aquí en la repisa los tres juntitos. Él estará en la base del fondo por si nos
tiene que pendulear. Una vez abajo, José Vicente y yo descendemos por las
cuerdas y exploramos a unos -40m. Penduleamos, -qué mareooo.... –qué de
vueltas.... -parecemos dos peonzas. A base de “güitos”, José Vicente llega a
una colada próxima al acceso a la ventana para poder llegar a la cueva tan
deseada y que no se frecuenta por su dificultad de aproximación. La instalación
deja que desear, ¿instalación?, aquí no hay nada, ¿cómo lo hacemos?. Varios
intentos entre impulsos y escalada. Llevamos para instalar, miramos y
comprobamos cómo hacerlo para perjudicar lo menos posible el terreno, el
entorno natural, por lo del impacto visual, digo.
El problema radica en falta de tiempo.
Hay que tener en cuenta que cuando bajó el último del primer grupo, pasaron
varias horas entre que el segundo se pone manos a la obra, la gente ya está
retornando de las entrañas profundas y frías y húmedas del avenc. Por lo que
hacerles esperar tiritando de frío, no es lo suyo. Por lo tanto, optamos
Vicente y yo dejarlo tal cual, ya hemos visto cómo y por dónde llegar, ya
tenemos “planning” de ruta, para la próxima vez que volvamos, que será sólo
para la visita de la cavidad.
Al ser tantos, la espera en el exterior
del grueso del equipo es larga, pero gracias al solecito es más amena. El
problema: los menos experimentados y de los fondones, que tardan algo más de lo
normal y claro, -¿pero cuánto tiempo lleva ahí colgado? ¿le queda mucho?,
etc... es la tónica entre chistes, bromas y jolgorio.
Lo mejor de todo, el ambiente de la
peña, el buen sentido de la gente, del humor y ganas de disfrutar de la
naturaleza en todo su esplendor y descubrir las maravillas que nos tiene
ocultas en sus entrañas. Buenoo... ya estamos sentimentales otra vez, joe
De premio, la cervecita que no puede
faltar en Pollença y al anochecer de vuelta a casita, pensando en la próxima
aventura. ¿Cuál será?.