Exploración Cova Argentera


30, 31 mayo de 2012    miércoles, jueves

COVA ARGENTERA
exploraciones

Hace unas semanas vine a localizar la cueva con Josemi y Félix, la encontramos y exploramos un poco, sólo hasta la gran sala, que ya es un buen tute, por la galería tan estrecha, donde pudimos ver el buen trabajo de desobstrucción que se hizo en su día, un trabajo  sacrificado. Hoy con Tomás y Javier seguiremos explorando, nos quedan dos días duros.
Una vez adentrados en la finca de Mortitx, nos desviamos por la plantación de vid, camino dirección al coll de la Caleta, excursión impresionante que recomiendo por su hermosura, eso sí, hay un buen tute y el camino es cárstico. Pero ojo, nada más bajar la pista nos desviamos por su derecha, E. Donde de frente, ahí a lo lejos, se alza un muro casi infranqueable de roca caliza, cárstica, que nos espera. Donde el sendero, camino fácil, no existe. Requiere por nuestra parte destreza en las pisadas y agilidad para no caer entre lapiaz y salir “fileteados”, sobre todo por lo cargados que vamos, apunto de coger insolación, bueno, Tomás lo pasó ma.

Atravesamos el Coll de l´Era y decidimos recorrer bien pegados la Penya Roja. Bloques enormes y buenas enredaderas nos dan paso a unos abrigos “balmas” de gran tamaño. El sol aprieta, parece verano, ahí a lo alto está el Puig Massot, poco antes hay una elevación donde está la cueva. Justo encima del abrigo está el agujero que nos conduce al interior de la misma.
Comemos y nos ponemos el uniforme de ataque.  Galería estrechísima, un pequeño salto, pozo de una decena de metros, pendiente de exploración. Agazapados, de rodillas, a rastras, como cien metros llegamos al punto de inflexión. Agujero pequeño y un rapel de unos veinte metros para acceder a la gran sala. Bajo de primero, en la boca Javier y en el pasillo Tomás, de ésta manera vamos descendiendo uno a uno los petates, bien cargados con cuerdas y comida.
Exploramos la gran y majestuosa sala, con formaciones de toda índole, enormes columnas, coladas, estalactitas de todos los tamaños, gorgs, estalagmitas, etc.. aquí dejamos lo imprescindible. A dos metros de la cuerda, pequeño remonte, apreciamos una fisura de apenas 30 cm. Tobogán fácil de bajar pero a la salida las veremos muy, muy mal, instalamos una cuerda para ayudarnos a salir, su base es colada que patina mucho. Damos a otra sala más pequeña y de frente otro salto. Un pozo de apenas 4m. Bajamos por la cuerda y buscamos la continuación. Aparentemente no la hay, pero justo por donde bajamos hay un agujero muy estrecho.
Hemos dado con la continuación. Pasamos petates y sorpresa a partir de ahora. Más pocetes pequeños y curiosos nos conducen a la galería kilométrica más estrecha que la anterior. Hay momentos que ni el casco pasa. Tumbados de lado con una mano delante y otra detrás, empujando y arrastrando los petates, cosa arto difícil, intentamos avanzar dificultosamente. Otros pocetes laterales nos esperarán para el regreso. Así, después de tanta penuria llegamos a un pozo de otra veintena de metros, creíamos que la cosa se ensancharía, pero la continuación aún es peor. Más abrupto y roca más cortante, entre un puente de roca bajamos a otra sala, parece el final, exploramos y sorpresa, si nos quejábamos de estrecheces, encontramos la última de ellas de apenas un palmo. Apenas puedo pasar por él, Javier y Tomás me esperarán en la sala. Desciendo una zona de roca madre muy cortante y húmeda, a diferencia del resto de la cavidad. Varios protectores y llego al final, estrechez que sólo se cabe de pie.
Remonto y el salir por el agujero se me hace arto difícil, me ayuda Javier, ya que, Tomás está durmiendo. Después de cenar, son las dos de la madrugada, nos dedicamos al remonte. Seguimos explorando los pocetes laterales de la galería, goteantes, húmedos, altos y hermosos. En cualquier momento de parada Tomás se queda dormido, ¡qué envidia  de facilidad para ello!
Embarrados y cansadísimos desandamos hasta llegar a la gran sala. Queremos explorar algo más, pero el cansancio es mayúsculo. Dormitamos algo y reemprendemos la marcha de salida. Lo peor es el pateo de vuelta al coche, cambio brusco de temperatura, otra insolación.

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