Hoy ascenderemos al Puig de sa Mola de Planicia, una ruta exigente
a través de un denso bosque de encinas, donde la pista y senderos están
plagados de piedras, dificultando el avance y si además le añadimos el ascenso
pronunciado en la mayoría del trayecto, ya ni te cuento. Numerosos elementos
etnológicos nos salen del camino agreste, a destacar es el conjunto de los
Aljubets. Veremos aljibes cubiertos, numerosas eras para la realización y obtención
del carbón vegetal, así como, "pous o forns de cal", cabañas. Dando
una idea de la vida tan dura y agreste en que vivieron antaño los aldeanos de
la zona.
Empezamos el día con
un pinchazo, no somos supersticiosos, pero.... al final del día nos servirá de
excusa por el habernos extraviado a la vuelta, queríamos regresar por el
comellar de ses Rotasses, cosa imposible, por lo tarde que se nos hizo y por la
difícil intuición y orientación para seguir el sendero apenas perceptible, por
lo que nos "comimos" el mismo trayecto de ida a la vuelta.
Dejamos los
vehículos en el parking de La Granja, Esporlas. De ahí pateo por la ruta del
Camí des Correu (GR221), camino real de origen medieval. Actualmente arreglada
y bien señalizada hasta ses cases de Son Sanutges. Seguimos el sendero
acondicionado hasta s´Arboçar (s´Arbossar, es Boixar), sin pisar la pista como
antiguamente se hacía. A unos cientos de metros la pista se divide, tomamos por
la izquierda, llegaremos al poco a un desvío, un sendero a nuestra izquierda
que tira hacia arriba. Seguiremos por él, que pronto nos deja al antiguo camino
empedrado que nos conduce hasta el Pas de la Mola, donde apreciamos el
trabajoso arte de la "pedra en sec", al observar un aljibe cubierto y
casa de apero. Siguiendo hacia arriba, a unos quinientos metros podemos tomar
la opción de llegar al Puig por un atajo que aparece a nuestra izquierda (en el
suelo hay una flecha realizada por unas ramas), el ascenso es duro y sin
pérdida. O seguir por el camino haciendo un rodeo mayor, pero más cómodo.
Nosotros optamos por el primero: el atajo. Llegados a lo alto, comemos,
descansamos y luego nos tiramos bolas de nieve.
Decidimos en principio volver por el Comellar de se Rotasses, pero
el sendero está invisible y por error, nos dirigimos al risco del Comellar des
Romanins. Apenas nos queda luz, son casi las 17:30h. Nos vemos obligados a
volver a ascender todo lo descendido e intentar encontrar el camino principal,
y eso, sin linternas, apenas tres frontalitos de "na". Resumiendo;
casi noche oscura llegamos al camino y retornamos tooodoo el trayecto de ida a
oscuras. A las 20:10h llegamos a los vehículos. 10h de pateo. Reventados, pero
contentos, algunos claro está.