Más seco que una mojama el torrente,
sólo unas pozas que dan por saco y si no fuera por Gustavo, ya nos veíamos en
paños menores cruzando esas charcos llenos de hojarascas y bichitos nadando.
Afortunadamente, Gustavo es un buen escalador y nos proporciona seguridad en
unas escalas peligrosas por la roca resbaladiza. La primera escalda, de pocos
metros, es a la izquierda del torrente, para seguir por un sendero a ras del
cañón y llegar a una instalación ya pensada para ello, o sea, no mojarse. Más
alante, otro tanto de lo mismo, pero esta vez, yo a punto de desnudarme, cuando
vemos al susodicho escalando por un "carajo de paso", y encuentra
algo parecido a un puente de roca. Gracias a ello, vuelvo a vestirme y no me ven
haciendo en pardal cruzando esa agua sucia plena de bichitos que se pueden
meter por nuestros agujeritos corporales. Ahí les veo con una sonrisa a Pilar,
a Gustavo y a su hijo, si hubieran esperado un poco....
PARA VER TODAS LAS FOTOGRAFÍAS PINCHA AQUÍ