No
siempre hemos de realizar actividades duras y duraderas. Por lo que para hoy,
nos hemos decantado por algo sencillo y cómodo, una mezcla de excursión con
algo parecido a un torrente. Por que la verdad que el torrente des Picarols,
con apenas cuatro saltos ya estas más que servido.
El día se nos presenta ameno y jovial
nada más comenzar. Ya nos tienes con la pierna encima de la espalda de Félix,
mientras se ata una bota. Las canciones, los chistes y las historias van
corriendo como la pólvora mientras discurrimos por el sendero que conduce hacia
ses Figueroles, recorriendo parte de la coma Llarga. Casi arriba, antes de
pasar un murete de piedra que hace de linde, descendemos al lecho del torrente.
"Bota-teando" las piedras y
guijarros sin demora y a buen ritmo, llegamos al primer salto. Pero primero el
papeo. Y aquí estamos todos reunidos como una gran familia dándole a las
mandíbulas. Ya descansados del gran esfuerzo de llegar hasta aquí.. ejem,
ejem... Pilarika emprende el gran desafio de la instalación
"cuerdera", una rampa de siete metros. Uno y tras otro nos vamos
deslizando por el tobogán y seguimos torrente. Con la algarabía, parecemos
críos en tiempo de recreo.
Así, llegamos al salto mayor, uf... 15 m , cuidadín, cuidadín..
Aquí hay la opción de bajar cogidos de una cadena fija o bien con la cuerda.
Como el grupo es grande, se aprovechan las dos opciones.
Y poca cosa más de saltos. Ya está
todo terminado y mira.. María se percata que en nuestros pies hay un animal, un
insecto; el palo, palito, palitroste., bien camuflado entre las ramitas secas
de una planta. Poco más adelante posamos en la mini presa y damos por terminado
el día en la Naturaleza. Qué pronto es, arribamos a los vehículos y nos llenamos
la panza de manduca. Ahora al bareto de Inca, a que le hagan a Marina un
ali-oli o algo parecido para con las papas.
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