Los aventureros: Rafael, Marina, Félix y Pilar
A
veces puede ocurrir que alguna exploración recóndita en las entrañas y oscuras
cavernas llenas de sorpresas, peligros y maravillas, puedan llevarnos bastante
tiempo. Nunca pensamos que la de hoy fuera para tanto. Eso sí, la idea era
explorar, escudriñar varios pozos, salas y otros recovecos de una cavidad muy
especial y querida.
Pero... 24 h ininterrumpidas es mucho,
o eso parece a la prole no conocedora de nuestras aventuras, cada vez más
estiradas, pues bien cierto es, que sin una buena cena con su mesa y sus sillas
y mucha manduca y bebida, no puede faltarnos al terminar nuestras tropelías por
estos lares y, claro está, no arribaremos a nuestros hogares de madrugada o bien
finalizando casi el día del día siguiente sin tener la tripa bien alimentada de
tan osadía experiencia.
Pues eso nos ha ocurrido. Entramos el
sábado sabadete sobre las 12h y no concluimos hasta el domingo, mira tu qué
casualidad, a las 12 h del mediodía. Sin pegar cabezadita ni "ná de
ná". La experiencia, casi agotadora, dio sus frutos y aún tiene que dar
más de sí, pero por hoy, ya está bien. Esperaremos unas semanitas para seguir
con el embrollo del interior de las fauces de la gruta.
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