Marina, Tarazaga, Rafael, Vicente y Diego. |
Inicio de la temporada con un avenc
potentillo. Tenemos ante nosotros un pozarro de 109 m , de los cuales 90 m son directos, sin
fraccionamientos. Un vistazo rápido de semejante magnitud nos pone cachondos y
con ganas de enfrentarnos a esa profundidad. La adrenalina comienza a aparecer.
Antes comemos un poco y preparamos el material. Para no estar mucho tiempo
esperando, montamos dos vías paralelas. Al ser un pozo amplio la luz natural
penetra hasta su fondo, por lo que nos deja empequeñecidos y el “cangelis” está
siempre presente mientras descendemos, sintiendo el stop como se calienta, lo
que acojon... un poco más. No puedes bajar rápido, pero tampoco puedes pararte,
no sea quemes la cuerda. Ahí abajo, está muy abajo, y ahí arriba, está muy
arriba. Muchos sentimientos afloran en nuestra piel.
Una de las cuerdas no nos
llega, por lo que tenemos que anudarla con otra y practicar un fraccionamiento
aéreo. Bueno, yo me pido la directa, no me apetece pasarlo mal colgado como un
salchichón, girando como una peonza y chicleando arriba-abajo. De primero
bajamos Diego y yo, luego Vicentito y a posteriori Tarazaga con Marina.
Al llegar a la repisa de los -95 m , hemos de tener mucho
cuidad de no patinar, el suelo está húmedo y lleno de heces de las palomas que
pernotan en el avenc. En la pared hay un spìt que nos permite acceder al borde
para realizar otro fraccionamiento en una roca o bien en la cara de la vertical
y llegar a los -109 m .
Su base de forma rectangular tiene una
media de 6 x 25 m
y una altura de 74 m .
El suelo está plagado de piedras que patinan por la humedad reinante, podemos
observar la majestuosidad de su altura y dimensiones. Al fondo encontramos el
paso. Un paso estrecho y algo complicado de sortear. Ahí van de primero; Diego,
Vicente y Tarazaga, realizando las
instalaciones como uno buenamente encuentre dónde y cómo.
Superada la estrechez, nos encontramos
ante un balcón a 6 m
de altura. Aunque hay un spit en su base, es más práctico uno natural en frente
nuestra. Es directo, sin complicaciones. Después de ello, resaltes de 4, 3 y 7 m . Llagamos a la cota más
baja del avenc, -136 m ,
terminando en una sala de gran tamaño. Sus medidas son 14 m de fondo x 6 m de ancho x 29 m de alto. Del techo
cuelgan 2 raíces que llegan casi hasta nuestras cabezas. El suelo tiene un
desnivel de 40º. Hacemos la foto de grupo y en un plis-plas, estamos en el pozo
principal.
Toca lo más duro, remontar esos 90 m . Paciencia, muuuucha
paciencia. Hala pues. Tarazaga y yo, los primeros. Chicleo, movimiento
peonzero, paraditas para ver el contorno del avenc (ejem, ejem), media horita
después, estamos arriba. No a mucho, aparece Marina. ¡Ondiá! Qué valiente,
subió solita. Después los machotes: Diego y Vicente. Y tan felices de terminar temprano, recogemos
y para el coche. Ahí tenemos un festín preparado por Diego: coca-colas,
montaditos, pastelitos, fruta,.... uf y mucho más. Así da gusto que te cuiden.
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