Entreno Lluc-Coll de l’Ofre-Lluc, 14 de diciembre de 2013     

Tomeu Mateu

           El pasado 14 de diciembre, después de un mes sin entrenar conjuntamente, me reunía con mi colega Enric Carreras, sí, el mismo que en el anterior post, comentaba que entre risas y bromas nos habíamos metido en “esto del trail”.

          El entreno previsto estaba lleno de incertidumbre, Enric no las tenía todas consigo, una serie de micro lesiones en cadena, nuevamente le estaban frenando, tenía claro que al más leve signo de recaída se volvía atrás, mientras yo seguiría con los planes previstos, salvo que sea yo el que resultara lesionado, nunca se sabe…



          Salimos temprano en dirección a Lluc desde el parking del refugi de Son Amer, para posteriormente enfilar directos al inicio de ses Voltetes des Galileu, donde aprovechamos un brevísimo descanso para echar un vistazo a las avanzadas obras de reconstrucción del clot de neu de Son Macip.


          Decididos, subimos a buen ritmo las dichosas Voltetes, a las que he acuñado con un rotundo “cpp” o lo que es lo mismo, “cortas pero putas!”, poco más de los clásicos veinte minutos y ya estábamos al lado del poste indicativo de las cases de Neu des Galileu, Enric supera sin problemas este primer escollo y sin perdida de tiempo seguimos.

          Llegamos al Coll des Prat, Enric esta que no se lo cree, ni un atisbo de dolor, por lo que sin dudarlo seguimos adelante, después de un potente tentempié que nos asegura combustible para lo que nos viene, una larga bajada hasta sa Font des Prat y de ahí directos al área recreativa de Sa Font des Noguer, a la que llegamos sin más problemas, mi colega no duda ni por un instante en seguir con el objetivo previsto, el Coll de l’Ofre.

          En leve subida alcanzamos nuestro objetivo, el GPS marcaba poco más de 20 kilómetros a un ritmo de 4,4 kilómetros hora, habíamos tardado 4:37 horas. Enric esta desbordado por la emoción, no se termina de creer lo que ha hecho. Comimos lo necesario para reemprender el camino de regreso con garantías, en todo momento desandamos el camino realizado hasta el momento, desde aquí se podía contemplar perfectamente el Coll des Prat, estaba lejos, muy lejos.

          El camino de vuelta lo hicimos con idéntica energía al de ida, especialmente se notó en el compañero, que siguió sin dar crédito a los 41 kilómetros que al final hicimos este día. Destacar el cambio de paisaje en el Coll des Prat, absolutamente invadido por una densa niebla, el resto idéntico al de la mañana en la que pasamos en dirección contraria, tal vez con el sol algo más apagado, en buena lógica.



         Por mi parte, lógica alegría por irme afianzando en los recorridos de  40 kilómetros, el siguiente paso será acercarme por no decir sobrepasar los 50. Lo dejaremos para más adelante, después de fiestas.