Cavidades de Biniforani

CAVIDADES DE BINIFORANI
Bunyola. Mallora
2013                                                                                          Por Rafael Minguillón Forteza


Introducción

Se presentan cinco topografías y descripciones de las diversas acciones mecánicas sufridas en la zona de la posesión de Biniforani, entre el Puig de Sant Pere y los torrentes de Biniforani y de n´Angelè.
Grietas con recorrido lineal de 800.m que destacan por su profundidad (Crull Inferior, -92 m) y por su anchura (Fractura des Blocs, 10 m).

Un poco de historia

Allá por el año 2008, acompañado de Pedro Calafat descubrimos las fracturas.
Regresamos en noviembre de 2009 y realizamos la primera incursión. Llegamos hasta los -70 m por falta de material y exploramos algunos de los accesos inferiores del exterior.



El 29 y 30 de octubre de 2011 acampamos Antonio Rubia y yo. Terminamos la exploración y la topografía del Crull Inferior e inicio de la Superior. Nos acompañan como porteadores nuestros amigos Tomeu Mateu, su hijo Jaume y José Bermejo, debido a la durísima aproximación y a la cantidad ingente de material a utilizar: cuerdas, taladro, tienda campaña, chapas, mosquetones, sacos de dormir, comida, etc.
El 14 de enero de 2012, Antonio Rubia, José Miguel Herreros, Jeremy González y Rafa Arazola hacen de porteadores y ayudan a la exploración y topografía del Crull Superior, la Cova de ses Cordes, la Cova de sa Pols y el inicio de la Fractura de s´Era. Me quedo a dormir y al día siguiente continuo con el trabajo topográfico en la Fractura de s´Era y la Fractura des Blocs, dando por terminado el trabajo de campo.


Descripción
Dividimos el terreno en dos áreas: ladera norte y ladera sur, diferenciándolas por una pared de “pedra en sec” situada en la parte alta de la loma, atravesada por un sendero que llega al Coll de Pastoritx, partiendo desde una de las curvas del Coll de Sóller. Es un área bastante concrecionada, siendo las zonas más cercanas al risco las que más han sufrido.

Destacan tres fracturas en particular;
-La más alta alcanza los 800 m de longitud (Crull Inferior y Crull Superior) y es particularmente estrecha.
-La intermedia (Fractura des Blocs), tiene una amplitud exagerada.
-La más baja (Fractura de s´Era), destaca por su uso en labores agrícolas.


Ladera norte

A unos 700 m de altitud y a pocos metros de la pared de “pedra en sec”, una fuerte acción mecánica y desplazamiento ha provocado grandes fracturas, sus paredes tienen una separación entorno a los 5 m. Esta zona la denominamos “Fractures i coves des Campament”, el nombre ya indica dónde fue nuestra morada y punto de estudio.
La rotura en cuestión ha provocado, no sólo un desplazamiento paralelo, sino un hundimiento, favoreciendo una zona llana. En ella hay muestras de labores, como una era de 4m de diámetro, que se utilizaba para conseguir carbón vegetal, protegida por un talud natural y un murete para la caza de tordos, con sus redes “d´enfilats”. Entre ellos una grieta de norte a sur.

La morfología del terreno ha provocado una cueva (Cova de sa Pols) y una fractura (Fractura de s´Era), unidas por un cordón umbilical.

La Cova de sa Pols se formó por filtración y por el hundimiento de material terroso, dejando raíces colgando del techo, con una profundidad de 3 m. Desde su extremo sur, la fractura continúa una veintena de metros de manera sutil, cambiando radicalmente al llegar a la base de la Fractura de s´Era. La fractura en cuestión, mide 50 m de largo por 5 m de ancho y 20 m de alto aproximadamente. De base ascendente, con enormes bloques en la parte más baja y rocas en el extremo, entre ellas se accede al otro lado de la ladera. Una oquedad en la parte izquierda ha querido que se filtre el agua, una jarra da fe de cómo se aprovechaban los recursos naturales. Sus paredes son lisas y con alguna vegetación. Su acceso es cómodo por los escalones practicados y desde ellos parte un sendero hacia arriba.

Siguiéndolo, a escasos metros, entre unas rocas, hay un agujero que, pasando a través de él, llegamos a la Fractura des Blocs, gran parte de la misma se sitúa en la ladera Sur. De medidas exageradas ante la vista. Tiene 80 m de largo por 10 m de ancho y 50 m de alto aproximadamente. Un gran cono de bloques domina el centro, otros más pequeños se posan en la parte más alejada, siendo factible cruzar al otro extremo. Sus paredes son irregulares: la occidental, alcanza los 20 m, con fragmentos de rocas a punto de precipitarse por la acción del agua y de las raíces; la oriental, alcanza unos 15 m de altura, abarca sólo hasta la mitad de la fractura, luego el terreno se allana, pudiendo pasar por un saliente entre la vegetación.

La Cova de ses Cordes, forma parte de una grieta cercana a los mil metros lineales, principalmente en la ladera sur. Está a 683 m de altitud, mide 30 m de largo por 2 m de ancho y 7 m de profundidad. Es de pendiente suave, cerrándose en cuña con dos bloques que interfieren el paso, debiendo superarlos por arriba. A diferencia del resto de la grieta, aquí encontramos un terreno conglomerado y terroso, muy seco, en contraste con la boca de entrada, que es fría y húmeda, predominando el musgo y la vegetación.

Desde aquí, ascendemos unos metros siguiendo la línea de ruptura, dando a una apertura de apenas 50 cm de ancho. Estamos ante el Crull Superior. Éste atraviesa la ladera con una distancia lineal de 110 m aproximadamente, y con varios accesos. Dicha apertura, tiene un desnivel de 55º, 18 m de profundidad (punto c) y una comunicación con el resto de la grieta, pero parcialmente obstruida por las piedras.
Acceso principal a Crull Inferior.      Foto: R.Minguillón

Ladera sur

Una vez fuera, por el sendero, atravesamos la pared de piedra y al momento observamos como la fisonomía exterior de la grieta es distinta. En todo su recorrido, posiblemente por su orientación, hay plantas y musgo, el aire es más húmedo y frío. Las diversas acciones mecánicas son muy visibles. La separación de las paredes ha provocado la caída de bloques, piedras y árboles. En la parte intermedia de la grieta, la huella de una roca encastrada nos permite apreciar como ha ido descendiendo, poco a poco, con el tiempo. En la parte baja, encontramos la unión con la entrada de la ladera norte, la profundidad máxima es de 25 m (punto d).

Más al sur, por diferentes puntos de descenso, pasamos de un lugar de roca madre a otro de terreno inestable. Aparecen diferentes pozos, con distintas profundidades, el que más de 20 m. Tras una desobstrucción, accedemos a una sala con una estalagmita de grandes proporciones (punto h), a sus pies un pocete, al descenderlo, nos saluda una sala de suelo irregular y ascendente hacia el norte. La sala de la Estalagmita, está a escasos metros de la superficie.
Uno de los accesos a Crull Superior.    Foto: R. Minguillón

En este punto se cierra la grieta, pero continúa descendiendo ladera abajo, abriéndose en dos ocasiones:

-A los 712 m de altitud; Crull de s´Era, que se abre tímidamente, cerrándose de golpe a los pocos metros, aparenta más una cueva que una fractura.

-Y a los 683 m de altitud; Crull Inferior, que fue el primero en ser explorado y el que más alegrías nos ha proporcionado. Contamos 6 accesos. En orden descendente:
El primero es el más grande, mide 3 m de ancho por 30 m de largo, se accede por su parte mas baja. Después de llegar a los -74 m, la grieta se estrecha más y nos encontramos con diferentes alturas, ocasionadas por piedras encajonadas (punto b), debiendo poner un spit. Con esmero y con mucho cuidado conseguimos llegar a lo más bajo, que sorprendentemente alcanza una cota considerable, los -92 m. La fisura continúa pero no para nosotros. A partir de -74 m, hace mucho frío, una corriente de aire nos hiela los dedos de las manos. Hay mariposas congeladas (Triphosa Dubitata) en las paredes y cubiertas de gotas de agua, también vemos alguna que otra babosa.
El segundo y tercer acceso se unen en una sala de reducidas dimensiones. Por la derecha, norte, comunica con la fractura principal (punto b). Por la izquierda, sur, entre las piedras, bajamos por un pozo alcanzando la cota de -11 m.
El cuarto tiene una profundidad de 15 m. No está exento de peligro, es un desafío tanto exploratorio como para su levantamiento topográfico debido a su estrechez y terreno inestable. En la zona más recóndita, de apenas un metro de altura, hay un cráneo de una mula y una “gota de agua” dorada similar a una pepita de oro, sustentada por una maraña de tela de araña. En dirección opuesta aparecen otros huesos y el cráneo de una cabra.
El quinto acceso es apenas inaccesible a través de su minúscula boca. A un par de metros encontramos una fractura llena de piedras, tierra y raíces.
El sexto acceso se sitúa al final de la fractura, con una profundidad de unos 2 m, con mucha tierra y hojarasca.


Agradecimientos
A Pedro Calafat, compañero de aventuras y porteador incansable de mis inquietudes, a Antonio Rubia, compañero de exploración, a Tomeu Mateu, a su hijo Jaume, a José Bermejo, a José Miguel Herreros, a Jeremy González y a Rafa Arazola por su ayuda logística y a Pilar García, José Bermejo, Tomeu Mateu y Borja López por la ayuda del presente trabajo.

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Triphosa Dubitata                       Foto: R. Minguillón


¿Pepita de oro?                           Foto: R. Minguillón



Antonio Rubia y Rafael Minguillón.    Foto: R. Minguillón


Parte de fauna animal encontrada, una más viva que otra, entre los 50 m y 92 m de profundidad.


 Grillo                                     Foto: R. Minguillón

Oruga                                    Foto: R. Minguillón


Cráneo de mula                      Foto: R. Minguillón

Cráneo de cabra                      Foto: R. Minguillón